VANGUARDIA DE SALTILLO

El Servicio Postal de Saltillo sobrevive por cartas que envían adultos mayores durante la pandemia

09/10/2020 - 6:32 pm

La nostalgia volvió al Servicio Postal de Saltillo. Entre las envolturas de cobranza y mensajería, los carteros sostienen en sus manos sobres con estampillas y sellos, como hace tiempo no lo hacían.

Por Ana Luisa Casas

Coahuila, 9 de octubre (Vanguardia).- Durante la pandemia se apilaron sentimientos y lejanía; el aislamiento hizo que pese a las redes sociales y la internet, volviera la añoranza por las cartas.

Tan solo en la oficina central del Servicio Postal Mexicano, de recibir 50 cartas al día, se pasó a 130, desempolvando también los casi extintos apartados postales.

La nostalgia volvió al Servicio Postal de Saltillo. Entre las envolturas de cobranza y mensajería, los carteros sostienen en sus manos sobres con estampillas y sellos, como hace tiempo no lo hacían.

Más que solo sobres o escritos, los carteros llevan sentimientos en las misivas de papel que inmortalizan el cariño. Los sobres de color café y letras cursivas los remontan al inicio de su oficio como carteros.

Ahora, casi como una reliquia, las cartas con remitente o destino en Saltillo, son consideradas como un tesoro valioso y una misión especial, tanto que, quien la entrega, se detiene frente al domicilio y toca a la puerta para entregarla.
Cada vez más tesoros de éstos llegan a las oficinas del Correo de México reviviendo el Servicio Postal durante la pandemia.

Cada día se reciben al menos 130 cartas en las oficinas del Correo de México ubicadas sobre la calle Victoria, más del doble de las que se recibían en años anteriores, cuando apenas alrededor de 50 cartas eran enviadas a diferentes partes de la ciudad o estados aledaños.

Esta cifra también desempolvó al menos 50 de los 150 apartados de correo, pequeños cajones de metal que conservan la mensajería de quienes alquilan el espacio en el Servicio Postal para acudir por ellas después.

SON ADULTOS MAYORES

César Sustaita Aguilar, jefe de carteros de la oficina postal, señaló que la mayoría de las personas que acuden a dejar una carta para ser enviada son adultos mayores, para quienes les es más difícil mandar un mensaje por correo electrónico o redes sociales.

“Hay personas que aunque sí tengan acceso a internet o mensajería digital, prefieren enviar una carta escrita con su puño y letra, pues aseguran que de otro modo el mensaje se vuele efímero”, comentó Sustaita.

Quien lo recibe conserva algo palpable, inmortal, un recuerdo para toda la vida, considera Antonio Ramírez, un cartero con más de 18 años de experiencia recorriendo los domicilios de Saltillo para llevar cartas de amor, amistad, tragedia o despedida con su silbato en mano con el que anuncia la llegada del correo en la cuadra.

Quizá con la distancia que impone la pandemia, las personas buscan una forma de tener ese acercamiento y calorcito humano a través de las cartas, como antes lo hacían, comentó el cartero, porque es algo palpable, una memoria que guardan para siempre.

“Cuando entrego una carta el rostro de las personas reflejan una felicidad inesperada, asombro, cariño y hasta ganas de llorar de tener algo que estuvo en las manos de sus familiares o amigos y ahora les pertenece”, agregó, asegurando que desde hace años no se veía un número importante de cartas por repartir como hasta ahora.

“En una ocasión una señora de la colonia San Agustín salió a darme un abrazo porque el sonido del silbato le recordó su juventud, cuando salía corriendo a recibir el correo esperando leer una carta de su enamorado”, recordó Antonio sobre la moto que ahora lo traslada en su recorrido por la ciudad.

IRRUMPE EL INTERNET

Durante la época de oro, las cartas de amor o charlas entre quienes las escribían y hasta la década de los 70 y principios de los 80, fueron la principal actividad del Servicio Postal, cuando en 1990 golpetea al correo tradicional el surgimiento del internet.

“Cuando los sistemas tecnológicos permiten enviar fotografías, videos y textos en un periodo mucho menor al del traslado de una carta, comienza a decaer tanto la fabricación de postales como el envío de cartas como un medio de comunicación”, expresó Recio.

Lo cual permanece hasta el día de hoy, consideró, sobre todo ante el culto de la urgencia, deseamos tener una respuesta y saber que el mensaje enviado haya llegado a su destino lo más pronto posible.

NO MORIRÁ

Sin embargo, asegura el historiador, el Servicio Postal no corre riesgo de morir. La espera, la emoción de recibir, la experiencia de tener una reliquia que estuvo en manos de otra persona nunca desaparecerá por la calidez de recibir algo dedicado con puño y letra.

Lo que en confinamiento hace de ese tiempo de espera, una respuesta a la necesidad de expresar y sentir afecto de manera tangible.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE VANGUARDIA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas